Es curioso, chistoso, y preocupante a la vez, como es que uno mismo es capaz de criticar las acciones de un tercero, que no nos afectan y que si a la vez y cuando viene a sucedernos una situación similar actúas de la manera que juzgaste como errónea. Se crea una cadena, porque ese sujeto quien es víctima de nuestras críticas le sucedió exactamente igual, se volvió el verdugo de alguien cuando el tiempo le puso la misma situación resolviendo seguir los mismos pasos. Aquel tercero tan fuera de esta cadena probablemente sufrió algo similar... y así, se crea una red de personas y situaciones en la que vemos la paja en el ojo ajeno no sabiendo apreciar la viga en el nuestro.
Para divagar, el hecho de tener una viga en nuestro ojo debe ser una situación bastante incómoda, bastante notable. Ahí toma sentido la frase, fuimos tan duros de juzgar, que parece inverosímil que cuando hacemos lo mismo no aplicamos la misma intensidad de juicio sobre nosotros mismos. Yo no quiero tener una viga en mi ojo, debe doler mucho.
En fin, lo correcto sería entonces no juzgar, como dicen por ahí (por ahí siempre dicen muchas cosas) nunca digas de esa agua no he de beber... al menos trataré de no hacerlo.
Sano ejercicio el de pensar... aunque hay gente que no se ejercita. Conozco otros que al contrario, se ejercitan de más. Hoy no queremos pensar, al menos yo... hoy solo quiero sentir, ya habrá tiempo para que me ejercite...
- ps1. el último párrafo, inspirado y semidedicado, semi, porque no está tan dedicable, jajaja, pero tu sabes bien que me lo inspiraste
- ps2. el resto del post, pues lo digo generalizando
1 han dicho:
Fernando Hurtado
miércoles, octubre 25, 2006 2:03:00 a.m.
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1
antes de juzgar hay ke ver como somos nosotros
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